ZAPATILLAS SOSTENIBLES, FABRICADAS EN PORTUGAL Y QUE SIRVEN PARA PLANTAR ÁRBOLES

La empresa española Saye incluye en sus diseños de calzado y ropa desde algodón orgánico hasta mango

Texto: María Rosa

El Modelo 89 fue el primer modelo de zapatillas de Saye. Lleva vendidos cerca de 40.000 pares.

Se llama Saye, nació en Barcelona y se dedica a la fabricación de zapatillas de forma sostenible en una triple vertiente: por los materiales utilizados, por las condiciones laborales de quienes las elaboran y porque, además, dedica parte de los beneficios obtenidos a la reforestación en zonas de todo el mundo. Además, acaba de incorporar a su porfolio una línea de ropa con tejidos orgánicos y una línea de zapatillas veganas que incorpora mango en su composición.

Nacida en marzo de 2018 gracias a una iniciativa de micromecenazgo –compra anticipada de las zapatillas para garantizar ingresos suficientes para su fabricación–, lograron en poco tiempo los 360.000 euros que les permitieron lanzarse al mercado para vender sus primeras 5.000 zapatillas. En plena etapa de expansión, un problema con el registro de la marca, entonces Wado, les obligó, prácticamente, a empezar de nuevo. El contratiempo fue, sin embargo, utilizado por los creadores de la firma para reafirmar su filosofía, reforzar su posición en mercado online y emprender, ahora ya de forma definitiva, una etapa de auténtico crecimiento de la marca, rebautizada ahora como Saye.

El primer modelo de zapatillas creado, el Modelo 89, del que ya se han vendido cerca de 40.000 pares, refleja la filosofía de sostenibilidad integral sobre la que se sustenta la marca. Diseñadas en Barcelona, se elaboran en talleres de Portugal, de acuerdo a condiciones laborales y salariales plenamente reguladas. Entre los materiales para su fabricación se utiliza algodón orgánico para los hilos, cordones y elaboración de los calcetines Saye; caucho natural y sintético para las suelas; y poliuretano recuperado de deshechos de empresas automovilísticas. Y sí, la parte superior del calzado es de piel, comprada en Portugal y procedente de vacas de la Península. Por dos razones, según explican desde Saye: porque es un subproducto de la industria alimentaria no siempre bien utilizado –es decir, mientras la carne forma parte de nuestra alimentación seguirán produciéndose pieles que pueden acabar desperdiciadas– y porque los llamados materiales ‘veganos’, aunque algunos procedan de material reciclado, están compuestos a base de materiales sintéticos y microfibras que los hacen muy difícilmente degradables. En esa tesitura, la piel animal está más cerca del objetivo de residuos cero y reúne propiedades excepcionales en términos de transpiración, durabilidad y confort.

Y queda la tercera parte del compromiso sostenible de Saye: la reforestación. Por cada par vendido, Saye se compromete a plantar dos árboles, que la firma compra para que sean ONG especializadas como WeForest las que organicen su distribución y asentamiento en colaboración con comunidades locales de zonas como el Amazonas o países como Zambia e India.

Recientemente, Saye ha unido a su oferta de zapatillas una colección de ocho prendas básicas –camisetas, sudaderas, pantalones…– realizadas con algodón 100% orgánico y con tinte 100% natural que alarga la vida de la ropa hasta un 40%. Y en su última propuesta ha dado un paso más allá al incorporar material procedente del mango, sí, la fruta, a una nueva colección de zapatillas veganas basadas en las originales Modelo 89.

En Saye justifican los precios de sus productos (59 euros una camiseta o 139 las zapatillas por ejemplo) porque, afirman, su modelo de producción implica, obviamente, más gastos, pero aseguran que, aún así, el margen de beneficios es muy inferior al que se obtiene con productos más baratos pero fabricados con materiales no sostenibles y en condiciones laborales inferiores. www.sayebrand.com

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