Light for Humanity vende en Europa lámparas y baterías para financiar el acceso a la energía de comunidades desfavorecidas
Texto: Juan Luis Gallego
Más de 10.000 habitantes de aldeas del Amazonas cuentan con pequeñas lámparas alimentadas por energía solar gracias a Light for Humanity. Si todo va bien, otras 35.000 las tendrán a finales de este año. Antes, estaban condenados a alumbrarse con contaminantes y poco económicas lámparas de queroseno que les obligaban a respirar aire viciado en su propia casa y a desembolsar un dinero del que carecen. Tres jóvenes españoles, con la ayuda ahora de dos habitantes de la zona, lo han hecho posible.
No están aquí para hacerse ricos; vaya por delante para quienes tenemos a veces la tentación de sospechar de los intereses económicos que puedan esconder ciertos proyectos. Este no es uno de ellos. Constituidos como empresa social, cobran el salario mínimo interprofesional y no reparten dividendos. Tampoco tienen la tentación de crecer hasta vender lo construido a quien crea ver un filón en esto; su expansión solo tiene un objetivo: llegar cada vez a más gente.
Para lograrlo, su financiación depende de la venta de esas mismas lámparas y otros sencillos dispositivos solares en Europa; a un precio un poco más caro para poder financiar con ese dinero las que distribuyen allí a un precio mucho más asequible que, aún así, la mayoría de las familias se ven obligadas a pagar a plazos. En conversación con Otroconsumoesposible.com, Eugenio García-Calderón, uno de los fundadores de Light for Humanity, pone cifras a esta realidad: “Si el queroseno les implica un gasto de entre 10 y 12 dólares al mes, lo que supone una parte importante de sus ingresos, la compra de una lámpara solar por 3 o 3,5 euros al mes durante 4 o 5 meses les garantiza luz gratis para el futuro a cualquier hora del día”.
Los beneficios para los habitantes de estas aldeas son inmediatos y evidentes, en términos de salud y económicos, pero también laborales, de formación o incluso de desarrollo personal, en la medida en que las lámparas solares permiten ampliar las horas de trabajo, de estudio para los niños y niñas o de socialización con el resto de familiares y convecinos.
Aunque la idea nació en 2018 –incluso un año antes habían plasmado su defensa de “acceso universal a a la energía” con una vuelta a España en una bici alimentada con energía solar–, al equipo de Light for Humanity le gusta fechar su nacimiento el 2 de enero de 2019, cuando realizaron la primera entrega de una de sus lámparas. Brasil es el principal destino de sus aparatos, junto a Madagascar, Mozambique y algunas comunidades puntuales en otros países.
Por lo que al consumidor respecta, la oferta de productos de Light for Humanity es realmente atractiva. La lámpara solar, que necesita entre 4 y 8 horas de sol para cargarse, garantiza 8 horas de luz; perfecta para aventuras, viajes o acampadas, también puede ser utilizada en el coche o en un rincón de la casa. Su precio es de 24 euros. La batería solar, que se puede cargar con el sol o a través de un USB, almacena dos cargas de teléfono móvil o entrega 50 horas de iluminación. Cuesta 48 euros. Y el panel solar ultraligero permite cargar cualquier dispositivo USB gracias a la energía del sol. Su precio es de 55 euros.
Todos los productos, cuyos estándares de calidad están garantizados por diversos organismos como Lighting África entre otros, están fabricados con materiales sostenibles y reciclados en Shenzhen (China), en dos fábricas que, según aseguran desde Light for Humanity, respetan las condiciones laborales y de protección de medio ambiente en sus procesos productivos. En la web, encontrarás diversos packs con alguna oferta de ahorro: lighthumanity.org